El pan de cada día y el COVID 19

28.04.2020

EL PAN EN NUESTRA CULTURA

Definitivamente si hay algo que está radicado en nuestra cultura es el placer de un buen pan comprado donde nuestro casero, panadero o negocio de costumbre cercano a nuestros hogares.

De hecho, ninguno de nosotros podría buscar entre los recuerdos la primera vez que nos mandaron a comprar pan en nuestra infancia mucho menos buscar en nuestras memorias la primera vez que vimos a nuestro abuelo u abuela llegar a la casa con su bolsa de tela, cuyo contenido era la esperada marraqueta (pan francés), hallulla o pancito amasado para tomar desayuno en un domingo familiar.


EL POCO RESPETO Y LA HIGIENE

Hoy, sin embargo, el comprar el pan es un asunto del cual cuidarse. Si bien muchos de nosotros somos sumamente meticulosos a la hora de tomar el pan que nos espera calentito en nuestra panadería de costumbre, tomándolo ya sea con pinzas o por ultimo utilizando una bolsa plástica como guante, también hay un gran número de personas que toman este preciado producto con la mano descubierta, dándose la libertad de elegirlo mediante el tacto y como si fuera poco, aun estando hoy frente a la amenaza constante del CORONAVIRUS lo compran sin usar mascarillas.

UNA FORMA DE CUIDAR A LOS NUESTROS

El llamado es a aquellas personas que tienen en sus hogares niños y adultos mayores, cuando estas personas están bajo nuestra protección y cuidado no podemos más que tener el máximo cuidado con lo que llevamos a nuestras mesas y a sus bocas, el mejor producto pan que llevamos a nuestras mesas en este momento es el que puede usted hacer en sus propias casas. Poniendo énfasis en el hecho que no es poner en duda de la calidad del producto entregado por el maestro amasador ni mucho menos dudando de nuestros caseros con quienes en más de algún momento hemos disfrutados de conversaciones muy amenas.

UN ALIADO CONTRA EL COVID 19

Siendo el COVID 19 un virus frente al cual no contamos con la medicación correspondiente para protegernos de el ni tampoco tenemos mayor conocimiento sobre este (ya que no somos expertos en la materia), además de los consejos y cuidados que a diario se nos recuerdan, tenemos otra forma de enfrentar esta dolencia y es preparando nuestro organismo para enfrentar el caso fortuito de llegar a contagiarnos de CORONAVIRUS. La sugerencia de elaborar nuestros propios panes en nuestros hogares entrega la oportunidad de poner nuevos agregados a la receta tradicional de este bien comestible (en mi caso lo hago con castañas de cajú y reemplazo la materia grasa con un poco de aceite de coco), agregados como toques de jengibre, ajo, pimienta, almendras, semillas, nueces y otros productos que finalmente terminen procesados en un par personalizado y adaptado a las necesidades de nuestras familias.

UNA OPORTUNIDAD DE CONSENTIRNOS

Por supuesto, difícilmente alcanzaríamos la destreza y maestría para elaborar un rico pan como el que estamos acostumbrados (tal vez sí), pero sin embargo podemos empezar por una preparación básica de 500 gramos de harina, 10 gramos de levadura en polvo, sal a gusto (no mucho) y algo de materia grasa (tomando en cuenta que hay productos vegetales, frutales y semillas que ya contienen aceites naturales) y nos da tanto la punta pie inicial para echar a volar la imaginación no solo con la meta de cuidar nuestra salud, sino también de consentir a aquellos que tanto amamos y también a nosotros mismos.

La convergencia entre "salud y placer" existe, mucho depende de que tengamos el atrevimiento de hacer cosas nuevas y no tener miedo a mirar hacia adelante dispuestos a abrazar el cambio.

Cuando esto termine, no hay duda que ese rico pan de la esquina tendrá un sabor mucho más delicioso, un sabor a victoria sobre un virus que hace estremecer al mundo.

Un abrazo de quien les estima mucho

BSS.

Ingeniero Comercial

Iquique - Chile.

Billy - Ingeniero Comercial
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